viernes, 19 de abril de 2013

Cuentos y parábolas


Buenos días, amigo/a

En estos “Buenos días”, estás acostumbrado a encontrarte con cuentos,
anécdotas, chistes y parábolas. Hoy te ofrezco una reflexión sobre
este género literario que desde tiempos antiguos ha servido para
instruir agradablemente sobre temas de la vida humana. Con amabilidad,
nos animan a crecer: “Ridendo corriges mores”. Entre sonrisas nos
hacen mejores.

Los cuentos no sirven solamente para dormir a los pequeños, sino
también para mantener despiertos a los mayores. El cuento nos hace
pensar, meditar, alabar, cambiar... Es un espejo que nos hace
contemplar nuestra propia imagen, la que tenemos ante nosotros, la que
damos ante los demás y, por qué no, la que nos pone también ante Dios.
Hay parábolas antiguas y modernas que ayudan a mantener despierto tu
espíritu. Tómalas en pequeñas tacitas, como un buen café. A veces
tendrán un gusto fuerte, amargo, otras más dulce y suave, pero
siempre, un gusto que perdura y que te permite saborear hasta los más
sutiles matices de tu propia vida.


Un cuento es muchas veces un “espejo donde contemplamos nuestra
huidiza imagen”. Qué valentía supone buscar con pasión la verdad, sin
transigir con las excusas que nos vuelven esclavos de nuestras
mentiras. Y llegar a ser más libres y auténticos, al reconocer con
sensatez nuestras debilidades y límites, para empezar a superarnos
cada día.  P. Natalio.

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