viernes, 29 de marzo de 2013


Palabras inspiradoras


Buenos días, amigo/a.

Si piensas que tus sencillas palabras de cada día pueden ser como
dulce música al oído y al corazón de los que están contigo, ¿no es
verdad que controlarás mejor toda palabra que sale de tu boca para que
resulte inspiradora, alegre y reconfortante para todos? Lee
atentamente lo que hoy te presento.

El abuso verbal, aunque invisible, ataca la mente y el espíritu de los
que lo sufren. Las palabras que se dicen con rabia o resentimiento
lastiman profundamente con efectos prolongados. En verdad las palabras
pueden doler como los golpes físicos. Especialmente los padres deben
saber que la crítica, el desprecio y los insultos –aun cuando se los
diga en broma– pueden lastimar el amor propio, o dañar la autoestima,
o bien detener el crecimiento de una imagen sana de sí mismo en los
niños. Las palabras dichas con amor ofrecen un real elemento
constructivo de elogio, aliento, gratitud, disculpa a quien escucha.
Nuestras palabras pueden herir o reconfortar, impedir o ayudar,
frustrar o inspirar a la acción. He aquí algunas frases que son dulce
música al oído y al corazón: “¡Muy buen trabajo!”. “Déjame ayudarte”.
“Cometí un error, perdóname”. “¡Felicitaciones!”. “Estamos orgullosos
de ti”. “Gracias”. “Te quiero”. “Admiro tu capacidad”. “Tú puedes
hacerlo muy bien”.

Para subrayar este mensaje, recuerda lo que escribió san Pablo a los
cristianos de Éfeso (4, 29): “No profieran palabras inconvenientes; al
contrario, que sus palabras sean siempre buenas, para que resulten
edificantes cuando sea necesario y hagan bien a aquellos que las
escuchan”. Que el Señor te bendiga y te proteja. P. Natalio.

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