Sanación interior
Buenos días, amigo/a
Suplicar a Dios aquello que necesitas es permitirle entrar en la trama
concreta de tu vida. De esa manera sientes la presencia y la
proximidad del Señor en tus problemas cotidianos. Dios quiere librarte
de tus angustias y afanes y se pone a tu alcance para cualquier
necesidad, grande o pequeña, espiritual o material. Basta que lo hagas
con fe, como un niño.
Señor, vengo a pedirte que entres en lo más íntimo de mi ser y te
hagas presente con tu poder sanador y con tu fuerza liberadora. A
veces sufro inútilmente por cosas que no comprendo, brotan en mí
tristezas, angustias y sentimientos negativos que no sé de dónde
vienen. Podría disfrutar muchas cosas de la vida y hacer mucho bien,
pero esos estados de ánimo me perjudican. Yo no tengo poder para sanar
ese mundo escondido dentro de mí, pero tú tienes ese poder. Tú que me
creaste de la nada y me regalaste la vida, también puedes curarme.
Toca, Señor, transforma, cicatriza, acaricia, libera. Realiza esa obra
que sólo tú puedes realizar. Confío en ti, Señor, y espero en ti.
Amén. (Víctor Fernández).
Alexis Carrel, premio Nobel de Medicina, escribió: “Un constante y
silencioso milagro acontece, a cada hora, en los corazones de hombres
y mujeres que han descubierto, con asombro, que la oración los
enriquece con una continua corriente de fortaleza que los sostiene en
sus vidas cotidianas”. Busca en la oración fortaleza contra el mal. P.
Natalio.
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