martes, 26 de febrero de 2013
Primer día de trabajo
Buenos días, amigo/a
La concentración en tus propósitos es fundamental para llegar a las
metas que deseas. En la medida en que dispersas tu atención, se
retardan o se pierden los objetivos anhelados. La concentración es una
disciplina de la mente y voluntad para hacer efectivos los deseos
profundos del corazón. Una anécdota que ilustra los daños de la
dispersión mental.
Un pasajero le toca el hombro al taxista para hacerle una pregunta. El
taxista grita, pierde el control del coche, casi choca con un camión,
se sube a la acera y se mete en un escaparate haciendo pedazos los
vidrios. Por un momento no se oye nada en el taxi, hasta que el
taxista dice: —¡Mire amigo, jamás haga eso otra vez! ¡Casi me mata del
susto! El pasajero, impresionado le pide disculpas y le dice: —No
pensé que se fuera asustar tanto si le tocaba el hombro. El taxista le
dice: —Lo que pasa es que es mi primer día de trabajo como taxista.
—¿Y qué hacía antes? —¡Fui chofer de carroza funeraria durante 25
años!
La concentración es la capacidad de dirigir toda nuestra atención a un
asunto determinado, abstrayéndonos de cualquier otra cosa. Es
necesario silenciar todo el pasado y el futuro, desligarnos de
preocupaciones y problemas. Fuera del momento presente no permitas que
nada más ocupe tu mente. En esto falló el taxista del cuento
humorístico de hoy. P. Natalio.
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