sábado, 26 de enero de 2013

Los ejemplos arrastran

Buenos días, amigo/a.

Hay un refrán que dice: “La palabras mueven, los ejemplos arrastran”.
Estos dichos populares son expresión de esa sabiduría que tiene el
aval de la experiencia cotidiana. Son irrefutables. Y es la pura
verdad que más que las palabras lo que mueve y conmueve a grandes y
pequeños son los ejemplos que vemos. Y tanto para el mal como para el
bien. He aquí un ejemplo.

—¡Baja de ahí, sinvergüenza, y dime tu nombre! – le gritó el
propietario a un niñito que estaba subido en un árbol robándole las
manzanas.
—¿Para qué quiere saber mi nombre?
—Para llamar a tu padre y decírselo.
—Pues búsquelo en la copa de aquel manzano...

¿Gracioso, verdad? Pero la enseñanza es clara. El ejemplo debe
subrayar lo que inculcas con las palabras. No puedes escribir con una
mano y borrar con la otra. Sólo es posible influir positivamente con
la coherencia total. Por ejemplo, ¿puede un padre o una madre orientar
por el camino de la sinceridad a sus hijos, cuando manda responder a
quien pregunta por teléfono: “decile que no estoy”? Que pases un buen
día. Hasta mañana. P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario