lunes, 24 de diciembre de 2012

Un árbol de Navidad especial
Buenos días, amigo/a.

“Señor, quisiera armar en estos días un árbol dentro de mi corazón y
colgar en lugar de regalos los nombres de todos mis amigos. Los de
cerca y los de lejos. Los de siempre y los de ahora. Los que veo cada
día, y los que raramente encuentro. Los de siempre recordados, y los
que a veces se me olvidan.

Los constantes y los inconstantes. Los de las horas difíciles, y los
de las horas alegres. A los que sin querer herí, y a los que sin
querer me hirieron. Aquellos a quienes conozco profundamente, y
aquellos a quienes conozco apenas por sus apariencias. A los que me
deben, y a quienes debo mucho. A mis amigos humildes y mis amigos
importantes. Los nombro a todos los que pasaron por mi vida.

Un árbol de raíces profundas para que sus nombres nunca sean
arrancados de mi corazón, y que al florecer el año próximo traigan
esperanza, amor y paz, y en la Navidad, Señor, nos podamos encontrar
para compartir nuestras esperanzas poniendo un poco de felicidad en
aquellos que todo lo han perdido”. ¡Feliz Navidad! P. Natalio.

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