jueves, 27 de diciembre de 2012

El Salvador

Buenos días, amigo/a.

En Jesús Dios baja desde el cielo para salvarnos: con su palabra
ilumina nuestras tinieblas, con su ejemplo nos señala el camino y con
su muerte nos devuelve la vida en plenitud. Aquí tienes un hermoso
himno, inspirado en Isaías 12, 1-6, para dar gracias a Dios por su
salvación.

Te damos gracias, Señor, porque has depuesto la ira
y has detenido ante el pueblo la mano que lo castiga.
Tú eres el Dios que nos salva, la luz que nos ilumina,
la mano que nos sostiene y el techo que nos cobija.
Y sacaremos con gozo del manantial de la Vida
las aguas que dan al hombre la fuerza que resucita. Amén.

Cuando alguna mañana te cueste levantarte, y necesites fuerza
adicional para empezar la jornada, repite con fe: “Confiaré y no
temeré, porque mi fuerza y mi energía es el Señor; él es mi Salvador”.
Sentirás invadir tu alma y tu espíritu de nuevos bríos y fresca
energía para afrontar los desafíos del trabajo cotidiano. Te deseo un
buen día. Hasta mañana. P. Natalio.

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