El mejor homenaje
Buenos días, amigo/a.
Hoy con la Iglesia recordamos a nuestros seres queridos que han pasado
a mejor vida. Nuestros cementerios se ven frecuentados masivamente y
las florerías bullen de gente que sale con su ramo para ofrendar a los
que se fueron. Al mismo tiempo oran por su eterno descanso. Pero no te
olvides otra manera de honrarlos. Lee lo que sigue:
Una vez un ómnibus iba traqueteando por un camino de tierra que unía a
pueblitos muy humildes. En un asiento iba un anciano que llevaba un
ramo de flores recién cortadas. Al otro lado del pasillo estaba una
jovencita cuyos ojos se fijaban una y otra vez en el ramo de flores.
Al anciano le llegó el momento de bajar. Impulsivamente puso las
flores en el regazo de la joven. —Me he dado cuenta que te han gustado
mucho las flores —dijo— y creo que a mi esposa le gustaría que tú las
tuvieras. Le voy a decir que te las he dado. La joven aceptó las
flores, y luego observó al anciano mientras bajaba del ómnibus y
atravesaba la puerta de un pequeño cementerio.
Don Bosco solía decir a los jóvenes: “La vida es demasiado corta. Los
ociosos, al final de la vida, experimentarán grandes remordimientos
por el tiempo perdido. Las espinas de la vida serán las flores de la
eternidad. A la hora de la muerte se ven las cosas desde otro punto de
vista. Un trocito de paraíso lo arregla todo”. Que lo pienses y tomes
tus decisiones. P. Natalio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario