Lo que puede la paciencia
Buenos días, amigo/a
Santa Mónica había comprendido que la paz es un don de Dios tan
valioso, que vale la pena hacer cualquier sacrificio para no perderla
por ningún motivo. El precio era una imperturbable paciencia con su
hijo Agustín y con su esposo, irascibles por demás. San Vicente Ferrer
daba una recomendación especial a las esposas cuando eran insultadas
por sus maridos.
San Vicente Ferrer regalaba a las señoras que peleaban mucho con su
marido, una botella con agua bendita y les recomendaba: "Cuando su
esposo empiece a insultarla, échese un poco de esta agua a la boca y
no se la trague mientras el otro no deje de ofenderla". Y esta famosa
"agua de Fray Vicente" producía efectos maravillosos porque, como la
mujer no le podía contestar al marido, no había peleas.
La paciencia es una madurez. Presupone virtudes tan sólidas como la
humildad y la fe en Dios. Conseguirás la paciencia meditando en Jesús
bondadoso, sufrido, servicial, y suplicándole vuelva tu corazón a
semejanza del suyo, manso y humilde. Que el Señor te ayude a dar pasos
para crecer en esta virtud tan necesaria. P. Natalio.
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