Defender al amigo
Buenos días, amigo/a
Los amigos son escasos. Los puedes contar con los dedos de la mano y
siempre te sobrarán dedos. Por eso tal vez no tengas muchos, pero los
que tienes siempre serán suficientes para llenar tu alma. Un amigo es
como la perla evangélica que, cuando la encuentras, vas y vendes todo,
con tal de poseerla.
La amistad se basa en comprender al otro, acompañarlo, escucharlo y
quererlo sin condiciones, con sus virtudes y defectos. La amistad es
para toda la vida. Es esa persona con quien queremos compartir
nuestros secretos. La amistad es necesitar estar con él, cuando
estamos felices, pero también cuando nos sentimos tristes. La amistad
es extrañar cuando estamos separados y permitirnos el aburrimiento, al
estar juntos. La amistad es el cariño entre dos personas, o tres, o
muchas más. La amistad es identificarse con el otro y respetarse
mutuamente. Si un amigo es el hermano que elegimos, si un amigo es uno
en otro cuerpo, ¡cómo no vamos a cuidarlo y defenderlo! (Sandra
Roediger).
“Un hermano puede ser tu amigo, pero un amigo siempre será tu hermano.
Con tus conocidos hablas, con tus amigos te comunicas. Un conocido te
oye, un amigo te escucha, y lo más importante es que no te escucha con
sus oídos, sino con su corazón”. Dios te conceda el tesoro de uno o
más amigos. P. Natalio
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