domingo, 2 de septiembre de 2012
Avalancha de nieve
Buenos días, amigo/a
María Simma fue una sencilla campesina que desde pequeña oraba por las
almas del Purgatorio. A los 25 años fue favorecida con el carisma de
ser visitada a menudo por estas almas. Vivía sola en su casita de
Sonntag en Austria. Fue alentada en su tarea por el párroco y el
obispo. Con generosidad María respondía siempre a los pedidos de las
almas benditas.
Una noche de 1954 un joven estaba en su casa, cuando de improviso un
terrible alud se abatió tan cerca que oía gritos que pedían auxilio.
De inmediato el joven se levantó y se precipitó para socorrer a esas
personas. Pero su madre en la puerta quiso impedirle el paso. El
joven, conmovido por los gritos y resuelto a auxiliarlos, empujó a su
madre y le dijo: "¡Sí, yo voy! ¡No quiero dejarlos morir así!” y
salió. Pero también él, a lo largo del trayecto, fue alcanzado por
otro alud y murió... Dos días después se apareció a María Simma y le
dijo: "Haz celebrar tres misas por mí, así seré liberado del
Purgatorio". Más tarde el joven le explicó que al entregar su vida por
esas personas, el Señor perdonó sus muchos y graves pecados y pudo
entrar rápidamente al Cielo porque la caridad cubre la multitud de las
culpas.
El Purgatorio es el estado de los que mueren en amistad con Dios pero,
aunque están seguros de su salvación eterna, necesitan aún de
purificación para entrar al Cielo. Nosotros podemos ayudarlos
ofreciendo expiaciones a Dios, como Misas, oraciones, obras de
misericordia, etc. Son actos excelentes que el Señor te recompensará.
P. Natalio.
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