martes, 7 de agosto de 2012


Vengan a mí



Buenos días, amigo/a

Jesús Salvador te ofrece descanso, orientación y seguridad. Él es
fuerza y poder de salvación, de vida y gozo sin fin. Por la fe y el
amor, unidos al Salvador, nuestra vida se potencia. Como el metal,
sumergido en el fuego, se pone incandescente, así tu vida se hace
ardiente al unirse a Jesús, que vino a traer fuego a la tierra. Él te
dice:

“Vengan a mí todos los que están fatigados y sobrecargados, y yo les
daré descanso. Vengan a mí todos los que están deprimidos y agobiados,
y yo les daré alivio. Vengan a mí todos los que están desorientados y
sin sentido, yo soy el camino. Vengan a mí todos los que están en
tinieblas y sombras de muerte, yo soy la luz. Vengan a mí, mansos y
humildes, y encontrarán un remanso para su alma. Jesús”


Como la lámpara eléctrica, fría e incolora, irradia de repente
claridad, así te transformarás desde dentro de tu alma al contacto de
la gracia santificadora de Jesús. Como la naturaleza se anima bajo los
bienhechores rayos del sol, así tu vida se desarrollará bajo el
influjo salvador de Jesús. “El que permanece en mí y yo en él, ése da
mucho fruto”, dijo el Señor. P. Natalio.

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