El taxista tranquilo
Buenos días, amigo/a.
No tengas miedo al silencio. Vitalizará tu mente y tu sistema
nervioso, dará solidez y fuerza expresiva a tus palabras. Es un tiempo
para buscar el equilibrio interno y el reencuentro consigo mismo y con
Dios. Regálate de vez en cuando estas saludables inmersiones en la
soledad y el silencio.
Un escritor cuenta que una vez tomó un taxi para llegar a tiempo a un
compromiso. ¡Tuvo una sorpresa! El taxista realizaba su trabajo
mientras escuchaba música instrumental. Llevado por la curiosidad le
preguntó el motivo de algo tan inusual. —Es muy sencillo, - contestó
el taxista-, así me siento tranquilo. Y añadió: —Usted no es el
primero en reparar en el detalle de la música, y lo notable es que la
mayoría de los que viajan conmigo hacen el mismo reparo. Algunos
incluso se ponen tan furiosos y violentos, que abandonan el coche.
De vez en cuando y por un lapso de toda una mañana o de una tarde
entera, sumérgete en baños de soledad y silencio. Es una disciplina
excelente que fortalecerá tu espíritu y te ayudará a encontrarte con
tu ser más profundo y verdadero. No le temas a la soledad. Aprende a
amarla. P. Natalio.
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