¿Se compra todo con dinero?
Buenos días, amigo/a
Jesús señaló la seducción de las riquezas como un peligro que asecha
al hombre: “No pueden servir a Dios y al dinero”. Sin duda es un medio
importante para nuestra vida y los objetivos que nos proponemos. Pero
hay que estar alerta para no poner el corazón en las riquezas. El
creyente está invitado a confiar más en la Providencia de Dios, que
vela con bondad por nosotros.
Con el dinero puedes comprar una casa, pero no un hogar; la comida,
pero no el apetito; una cama, pero no el sueño; un libro, pero no la
sabiduría; el lujo, pero no la belleza; la compañía, pero no el amor;
la diversión, pero no la alegría; un crucifijo, pero no la fe; un
magnífico ataúd, pero no un lugar en el cielo. Preocúpate primero por
las cosas de Dios. No siempre te dará todo lo que pidas, pero siempre
te dará todo lo que necesitas.
Detrás de estas afirmaciones hay una constatación que Saint Exupery
dejó en su famoso libro: “El Principito”: “Lo esencial es invisible a
los ojos”. Y lo esencial son esos valores intangibles que el dinero
por sí mismo no puede apropiarse, como la paz del hogar, la serenidad
de la conciencia, la sensatez que es sabiduría, el amor sacrificado,
la belleza del alma. P. Natalio.
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