miércoles, 18 de julio de 2012

¡Padre, ruegue por mis hijitos!


Buenos días, amigo/a.

Para que tu oración llegue a Dios debe ser humilde, confiada y
perseverante. Es bueno también recurrir a los santos del cielo y a las
buenas personas de la tierra para buscar apoyo a tus peticiones. Por
otra parte, es un modo excelente de vivir “la comunión de los santos”,
esa misteriosa unidad de los que aman a Dios.

Una señora muy devota del Padre Pío nunca se iba a dormir sin haberle
encomendado antes a sus hijos. Todas las noches se arrodillaba frente
a la imagen del Padre y le decía: “Padre Pío, ruegue por mis hijitos”.
Después de tres años de rezar todos los días la misma jaculatoria pudo
ir a San Giovanni Rotondo. Cuando vio al Padre le dijo: “Padre, ruegue
por mis hijitos”. “Lo sé, hija mía”, le dijo el Padre, “¡hace tres
años que me vienes repitiendo lo mismo todos los días!”.


Qué fe y amor tan grande tenía esta mujer para rezar por tres años a
favor de sus hijos a Dios por intercesión del santo Padre Pío. Y que
don tan maravilloso concedía Dios al buen fraile para que supiera
durante tanto tiempo que esa mujer le pedía un recuerdo ante Dios por
sus hijitos. Que el Señor te proteja y bendiga. P. Natalio.

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