sábado, 7 de julio de 2012

Fe inquebrantable


Buenos días, amigo/a.

Cuando Jesús hacía milagros, siempre pedía fe a los enfermos o a sus
familiares. A veces nuestra fe es débil. Entonces Dios tarda en
concedernos lo que pedimos, para que crezca nuestra fe no dando lugar
a la desanimación. Es una prueba por la que debemos pasar para darle
consistencia y excelencia a nuestra fe.

En un día de concentración de centros catequísticos, tres niñas de un
pueblito vecino habían perdido el ómnibus. La beata María Romero pidió
por favor a una catequista mayor que las acompañara en el último
ómnibus del día. La catequista sabía que el coche no volvía sino al
día siguiente, a no ser que hubiera muchas personas que viajaran, cosa
imposible a esas horas. Pero Sor María Romero le dijo: “La Virgen te
hará el milagro”. Cuando llegaron, las madres de las niñas estaban
esperando angustiadas. El conductor le dijo claramente a la catequista
que no pensara en volver, si no se llenaba el ómnibus. “La Virgen
traerá a la gente”, le respondió la señora. Momento después apareció
un grupo numeroso que pidió se los llevara a la ciudad. El transporte
particular en que habían venido se había quedado en el camino. “Qué
grande es su fe”, dijo el chofer a la catequista. “La Virgen lo hace
todo”, replicó la catequista.


¿Qué te parece? Seguro que la beata se fue ante el altar de María
Auxiliadora y se pasó un largo rato pidiéndole a su Reina y Madre que
dispusiera las cosas de modo que la catequista pudiera regresar. Y el
milagro sucedió. Los milagros también están en tu mano, basta que
creas. P. Natalio.

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