Ser más sanos
Buenos días, amigo/a
El egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los
demás.encuentra su madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por
ti mismo, si vives para acumular dinero y comodidades, no te quedará
tiempo para los demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de
sentido para ti, porque la vida sin amor no vale nada.
Padecemos una especie de subdesarrollo emocional que nos impulsa a
ciertas conductas autodestructivas, tanto en nuestra vida pública como
privada. Nos urge encontrar un camino que nos permita hallar una
manera de ser más sanos, y ese camino está íntimamente relacionado con
el amor y la espiritualidad. El amor es el mejor símbolo de la salud
del hombre, es todo lo opuesto a la agresión, al miedo y a la
paranoia, que a su vez representan la patología que nos desune.
(Claudio Naranjo).
La regla de oro de las grandes religiones es el amor al prójimo. En el
libro de Tobías el anciano ciego, sintiéndose cercano a la muerte, dio
preciosos consejos a su hijo. Entre ellos se destaca: “Haz a los demás
lo que te agrada que hagan a ti”. Norma fundamental; observarla te
dará pacíficas y muy gratas relaciones con tus semejantes. P. Natalio.
Buenos días, amigo/a
El egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los
demás.encuentra su madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por
ti mismo, si vives para acumular dinero y comodidades, no te quedará
tiempo para los demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de
sentido para ti, porque la vida sin amor no vale nada.
Padecemos una especie de subdesarrollo emocional que nos impulsa a
ciertas conductas autodestructivas, tanto en nuestra vida pública como
privada. Nos urge encontrar un camino que nos permita hallar una
manera de ser más sanos, y ese camino está íntimamente relacionado con
el amor y la espiritualidad. El amor es el mejor símbolo de la salud
del hombre, es todo lo opuesto a la agresión, al miedo y a la
paranoia, que a su vez representan la patología que nos desune.
(Claudio Naranjo).
La regla de oro de las grandes religiones es el amor al prójimo. En el
libro de Tobías el anciano ciego, sintiéndose cercano a la muerte, dio
preciosos consejos a su hijo. Entre ellos se destaca: “Haz a los demás
lo que te agrada que hagan a ti”. Norma fundamental; observarla te
dará pacíficas y muy gratas relaciones con tus semejantes. P. Natalio.
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