sábado, 12 de mayo de 2012
¿Oras por los difuntos?
Buenos días, amigo/a.
Las almas del Purgatorio no pueden ya hacer nada en su propio favor,
porque con la muerte termina el tiempo de expiar y purificarse. Si los
vivos no rezan por ellas, quedan abandonadas. Nosotros tenemos el
inmenso poder de aliviarlas. Mientras estamos vivos podemos reparar el
mal que hayamos hecho. Pero a menudo no le damos importancia.
San Juan Macías, hermano dominico, tenía una gran caridad con las
almas del Purgatorio. El obtuvo por sus oraciones (principalmente por
la recitación del santo Rosario) la liberación de ¡un millón
cuatrocientas mil almas! En retribución, el consiguió para sí mismo
las más abundantes y extraordinarias gracias; y esas almas vinieron a
consolarlo en su lecho de muerte y a acompañarlo hasta el Cielo. Este
hecho es tan cierto que fue insertado por la Iglesia en el decreto de
su beatificación.
Cuando las almas benditas son liberadas de sus penas y gozan la
beatitud del Cielo, no olvidan a sus amigos de la Tierra: su gratitud
no conoce límites. Postradas ante Dios, no cesan de orar por sus
bienhechores. Santa Catalina de Bologna dice:"He recibido muchos
favores de los Santos, pero mucho más grandes de las almas del
Purgatorio". Orar por los difuntos es una excelente obra de
misericordia. P. Natalio.
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