Oración al Espíritu Santo
Buenos días, amigo/a.
“Les voy a revelar un secreto de felicidad y santidad. Si cada día,
durante cinco minutos, saben callar su imaginación, cerrar los ojos a
las cosas sensibles y los oídos a las cosas de la tierra para entrar
dentro de ustedes mismos, y allí, en el santuario de su alma
bautizada, que es Templo del Espíritu Santo, hablan a ese divino
Espíritu diciéndole:
¡Oh, Espíritu Santo, alma de mi alma! Yo te adoro, ilumíname, guíame,
fortaléceme, consuélame, dime qué debo hacer, dame tus órdenes. Te
prometo someterme a todo lo que quieras de mí y aceptar todo lo que
permitas que me suceda; solamente te pido conocer tu voluntad.
Si hacen esto, la vida de ustedes se deslizará feliz, serena y llena
de consuelo, aún en medio de las penas, porque la gracia será
proporcionada a la prueba dándoles fuerza para soportarla, y llegarán
a las puertas del paraíso cargados de méritos. Esta sumisión al
Espíritu es el secreto de la santidad". (Cardenal Mercier). Amigo/a,
recibe este mensaje como un regalo especial en este domingo de
Pentecostés. P. Natalio.
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