domingo, 6 de mayo de 2012


Mecánico especial



Buenos días, amigo/a.

El egoísmo es una triste realidad humana. Alguien escribió con todo
realismo: “Cada uno vive pensando en él mismo y no en Ud. ni en mí. A
cada cual le importa más su dolor de muelas que una epidemia que mate
dos millones en China, y le interesa más el forúnculo que tiene en el
cuello que 40 terremotos en Asia”. (Dale Carnegie).

Un hombre llevó su auto a un taller mecánico. Mientras esperaba al
dueño, observó a uno de los empleados que arreglaba un coche. Quedó
maravillado por su prolijidad. El mecánico cambió el aceite, sin
derramar ni una gota, revisó el radiador, limpió el parabrisas,
borrando cada mancha de polvo y cada marca grasienta de huellas
dactilares, se lavó las manos a la perfección, y condujo el auto,
despacio, fuera del garaje para aparcarlo en la esquina. Entonces
llegó el patrón, y el cliente le dijo, refiriéndose al mecánico: —
¡Ese sí que es un verdadero mecánico! ¡Bah! —dijo el dueño,
despectivamente—, ¡ése es su propio coche!


Dios espera la colaboración de los hombres para su plan de amor. El
mal ha entrado en el mundo por la puerta del egoísmo humano, que es
negación del amor. “Este es mi mandamiento, —dijo Jesús— que se amen
los unos a los otros como yo los he amado”. Que el Padre
misericordioso derrame sobre ti el Espíritu del amor, que es el
Espíritu de Jesús. P. Natalio.

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