miércoles, 11 de abril de 2012

Saber decidirse


Buenos días, amigo/a.

Avanzar ante obstáculos abrumadores es arriesgarse a fracasar. Pero se
deben correr los riesgos porque el peligro más grande en la vida es no
arriesgar nada. La persona que no arriesga nada, no hace nada, no
tiene nada, no es nada. Podrá evitar el sufrimiento y la tristeza,
pero no puede aprender, sentir, cambiar, crecer ni amar.

Muchas veces nos conformamos en vez de arriesgarnos, sin pensar que
cada día que pasa nunca volverá. Debemos recordar que: “Nada está
escrito. Nada está hecho. Nada es imposible”. Todo depende de nuestra
voluntad. De esa fuerza que nos sale de adentro. De decir "¡Sí,
puedo!" a cada desafío. Tenemos el poder. Cuando estamos decididos,
cuando de verdad queremos algo, no hay obstáculo capaz de
interponerse. Si queremos... podemos llegar más lejos. Si queremos...
podemos llegar más alto. Si queremos... podemos hacer lo que sea. Sólo
hay que proponérselo, y trabajar para lograrlo. ¡Yo sé que tú puedes!


Temores y ansiedades pueden anular tus energías y frustrar el logro de
tus objetivos. Para superar estos miedos confía en el Señor. Él te
acompaña y está dispuesto a darte una mano. Déjale el cuidado de todas
tus cosas y abandónate en él. Todo te irá mejor y tus problemas se
resolverán con tranquilidad según sus designios. P. Natalio.

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