sábado, 28 de abril de 2012

Profesor universitario


Buenos días, amigo/a.

El hombre moderno está orgulloso del progreso, del avance de la
ciencia y la tecnología, vive devorado por la fiebre del “adelanto”,
pero ¿va a alguna parte? ¿Es exagerado decir que el hombre de hoy ya
no sabe a dónde va ni para qué vive? Vive “nadando” entre el placer y
la comodidad pero, insatisfecho, no experimenta la alegría de vivir.

Un profesor universitario de lengua española, soñó que se encontraba
con Dios y decidió preguntarle por qué nunca había sido feliz, a pesar
de su exitosa carrera y sus conocimientos. Dios le dijo: “Sé que eres
profesor de gran trayectoria en el idioma. Dime, pues, cuáles son las
tres primeras personas en la gramática”. El profesor sorprendido ante
pregunta tan fácil, respondió: “Esto es muy simple, son: YO, TÚ y ÉL”.
Dios lo miró y dijo: “Ves, ése es el problema. Aún con tu saber, lo
has dicho al revés. Por eso no eres feliz. Siempre debes decir “EL”
primero, refiriéndote a mí, para que yo sea el primero en tu vida.
“TÚ”, para que el prójimo sea la segunda persona importante para ti. Y
finalmente cuando me hayas buscado y ayudado a tu prójimo, entonces
estará el ‘YO”. Así pues, para ser feliz, di siempre: “ÉL, TÙ y YO”.


El sentido de la vida no cabe en el corto espacio que hay entre la
cuna y la tumba. Hay que buscarlo más allá. El Eclesiastés señala que
las cosas de este mundo son "poca cosa", ”vanidades”. No bastan para
hacernos felices. No basta toda la prosperidad del mundo para colmar
las ansias eternas del corazón humano, sólo Dios. P. Natalio.

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