domingo, 29 de abril de 2012

Cuando callas


Buenos días, amigo/a.

Guardar silencio puede ser una muestra de sabiduría y prudencia, pero
también un signo de temor y complicidad. Aunque no lo quieras, cuando
callas hablas bien claro de ti mismo. Al callar un secreto, pones en
evidencia la fidelidad para con tu amigo. Cuando callas tu propio
dolor, pienso en tu fortaleza.

Cuando callas ante el dolor ajeno, conozco tu impotencia y tu respeto.
Cuando callas ante la injusticia, revelas tu miedo y tu complicidad.
Cuando callas ante lo imposible, conozco tu madurez y dominio. Cuando
callas ante la estupidez ajena, conozco tu sabiduría. Cuando callas
ante los fuertes y poderosos, revelas tu temor y cobardía. Cuando
callas ante lo que ignoras, conozco tu prudencia. Cuando callas tus
propios méritos, conozco tu humildad y grandeza.


Sí, hablar es fácil, pero callar requiere prudencia y dominio. Hablar
oportunamente, es acierto. Hablar ante una injusticia, es valentía.
Hablar para rectificar, es un deber. Hablar para defender, es
compasión. Hablar ante un dolor, es consolar. Hablar para ayudar a
otros, es caridad.  Discierne con rectitud. P. Natalio.

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