martes, 17 de abril de 2012


Agranda la puerta, Padre



Buenos días, amigo/a

Jesús en cierta oportunidad dijo que al Cielo entrarán los que son
como niños. ¿Cómo son los niños? Sencillos, sinceros, humildes,
confiados, puros, inocentes… Pareciera que la puerta del Paraíso es
tan baja y estrecha que, si no nos empequeñecemos, no podremos entrar.
El famoso escritor y poeta Unamuno lo expresó en un breve poema:

Agranda la puerta, Padre, porque no puedo pasar.
La hiciste para los niños, yo he crecido a mi pesar.

Si no me agrandas la puerta, achícame por piedad.

Vuélveme a la edad aquella en que vivir es soñar.


Para lograr esta ansiada metamorfosis, medita con frecuencia en las
actitudes del mismo Cristo, manso, humilde y puro de corazón, de quien
escribió G. Papini: “La limpidez de su mirada era  la de quien sólo
una vez ha nacido y ha permanecido niño aún en la madurez. Infancia
intacta que nunca se empañó”. San Pablo nos exhorta, “Revístanse de
Cristo”. P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario