domingo, 18 de marzo de 2012

¡Pan tostado... quemado!


Buenos días, amigo/a.

La comprensión es la base de cualquier relación, ya sea de pareja, de
padre e hijo, de amistad, laboral, vecinal…Toda la gente que
conocemos, está librando en este momento, algún tipo de batalla. Sé,
pues, amable hasta el extremo. Todos tenemos problemas y estamos
aprendiendo a vivir.

Después de un largo y duro día de trabajo, mamá puso en la mesa
salchichas y pan tostado muy quemado frente a mi padre. Yo esperaba
que alguien lo señalara, pero aunque mi padre lo notó, sacó un pan
tostado, sonrió a mi madre y me preguntó cómo me había ido en la
escuela. No recuerdo qué contesté, pero aún lo veo untando manteca y
mermelada al pan tostado y comérselo todo. Al levantarme de la mesa,
oí a mi madre pedir disculpas a mi padre por los panes muy quemados.
Nunca olvidaré lo que él le dijo: “Cariño, no te preocupes, a veces me
gustan los panes bien quemados”. Luego fui a dar el beso de las buenas
noches a mi padre y le pregunté si le gustaban de verdad los panes
bien quemados. Él me abrazó y dijo: “Tu mamá tuvo un día muy pesado,
está cansada y además, un pan un poco quemado no le hace daño a
nadie”.

La vida está llena de gente y de cosas imperfectas. Aprender a aceptar
los defectos y las diferencias de los demás, es una de las cosas más
importantes para crear una relación sana y duradera. Un pan tostado
quemado no va a romper un corazón y no tiene por qué romper la armonía
en el hogar. P. Natalio

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