martes, 13 de diciembre de 2011


Alegría y paz


Buenos días, amigo/a.

La Virgen de la Paz desea que goces de esa serenidad que ofrecía su
Hijo: “les doy mi paz, pero no como la da el mundo” (Jn 14, 27). Es
una paz que nada puede turbar ni el más terrible vendaval. “La
serenidad —escribió Kempis— no es estar a salvo de la tormenta, sino
encontrar la paz en medio de ella”. La Virgen te señala el camino:
abandonarte en Dios.

“¡Queridos hijos! Los invito a un abandono total en Dios. Los invito
al gran regocijo y a la paz que sólo Dios da. Yo estoy con ustedes e
intercedo cada día por ustedes ante Dios. Queridos hijitos, los invito
a escucharme y a vivir los mensajes que yo les doy desde hace ya
varios años. Todos ustedes están llamados a la santidad, pero ustedes
todavía están lejos de ella. Yo les doy mi bendición. Gracias por
haber respondido a mi llamado!

El camino de abandono total en Dios, tiene un nombre, es el camino de
la santidad, porque requiere confianza y amor total a Dios, en quien
hemos puesto nuestra esperanza. María Santísima intercede para que te
decidas sin miedo, “como un niño en los brazos de su madre” (Sal 131).
Te deseo de corazón un día de mucha paz. P. Natalio.

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