El principito y el zorro
Buenos días, amigo/a.
Las celebraciones —en el hogar, en la escuela, en la iglesia— exigen
una adecuada preparación. Proyectan así con anterioridad el clima y
los valores que se van a festejar. Esto marca las celebraciones con un
halo especial que ayuda a vivirlas con más provecho y profundidad. Hoy
la Iglesia comienza Adviento para preparar la próxima Navidad.
El principito llegó temprano. “Mejor sería venir siempre a la misma
hora”, dijo el zorro. Si tú vienes, por ejemplo, a las cuatro de la
tarde, desde las tres yo empezaría a ser feliz. Y cuanto más cerca
esté la hora, tanto más feliz seré. Pero si vienes a cualquier hora,
no sabré cuándo disponer mi corazón. Es necesario un rito”. “¿Qué es
un rito?”, preguntó el principito. “Pues es algo demasiado olvidado”,
dijo el zorro. “Es lo que hace que un día sea diferente de otro; que
una hora sea distinta de las demás. Los leñadores tienen un rito.
Ellos bailan los jueves con las chicas del pueblo. El jueves es para
ellos un día maravilloso. Si bailaran cualquier día, no esperarían el
jueves como un día de vacación y alegría”. (A. de Saint Exupéry).
Adviento es un tiempo oportuno para vivir con intensidad la venida
histórica de Jesús: Dios que irrumpe en nuestra vida y asume nuestra
humilde condición humana para levantarnos a alturas desconocidas. La
vivencia del Adviento consiste en un fuerte anhelo de que Dios venga,
nos acompañe y nos enseñe a vivir su amor con más apertura y calidad.
P. Natalio.
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