lunes, 1 de agosto de 2011


Por la propia vocación


Buenos días, amigo/a.

«La vida del cristiano reclama ser vivida como “vocación”, como
respuesta a un llamado. A todos Jesús dice: ¡Sígueme! El cristiano es
un llamado a seguir a Cristo, a compartir su estilo de vida y su
misión en favor de los hombres. Cada uno, en el “jardín donde Dios lo
plantó”: casado, soltero o célibe». Aquí tienes una oración para
conocer la propia vocación:

Señor, dígnate mostrarme el camino que debo elegir y seguir para
servir a mis hermanos y glorificarte. Haz mi corazón en todo momento
disponible a tu llamado, y mi voluntad siempre pronta a dar lugar a tu
voluntad. Si me quieres totalmente dedicado a tu servicio, en la vida
sacerdotal, religiosa o misionera, haz Señor que yo sea en verdad otro
Cristo en medio de los demás. Quiero responder con generosidad a tu
llamado; cualquiera que él fuere, quiero hacer tu voluntad. Ayúdame,
Señor, a conservar el ideal de mi juventud. María, Madre de Jesús y
Madre mía, enséñame a descubrir la voluntad de Dios y dame fuerzas
para seguirla. Amén.

«También hoy, en medio de una cultura que no favorece la
responsabilidad y el compromiso, Jesús sigue llamando: ¡Sígueme! Y hay
jóvenes —y no tan jóvenes— que, con generosidad, dejan la carrera, los
sueños juveniles y a veces, incluso, las novias o los novios…y siguen
a Cristo para ponerse a su servicio a “tiempo y corazón” completos».
P. Natalio.

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