miércoles, 25 de mayo de 2011

Sé indulgente


Buenos días, amigo/a.

Para amar como Jesús nos enseñó, debemos aprender a ser indulgentes,
que es “tener facilidad en perdonar las culpas ajenas”, como dice
el diccionario. Es la disponibilidad y capacidad para perdonar las
debilidades de nuestros prójimos una y otra vez, como le respondió
Jesús a Pedro: “No siete, sino setenta veces siete debes perdonar”.

¡Qué fácilmente creemos que nos faltan nuestros prójimos, que no nos
estiman, que no nos quieren! Basta ver el rostro de un amigo un poco
más sombrío que de costumbre para persuadirnos de su indiferencia o de
su frialdad. Sé indulgente. Olvida las pequeñas penas que te hayan
podido causar; no conserves ningún resentimiento por las palabras
inconsideradas o desfavorables que se han dicho contra ti; excusa los
descuidos, las ligerezas de las cuales eres víctima. Muestra un
semblante amable en todas las ocasiones. De esta manera estarás en paz
con tu prójimo y practicarás de modo excelente la caridad cristiana,
que es imposible practicar sin una indulgencia en todos los instantes.

Ser indulgentes siempre no es fácil. En verdad está por encima de
nuestra capacidad humana. Por eso es indispensable suplicar con
humildad y constancia al Señor el don de la caridad para poder
elevarnos sobre nuestros egoísmos y susceptibilidades… Pero cuando el
amor de Dios nos invade podemos “perdonar y soportar sin límites”. P.
Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario