lunes, 16 de mayo de 2011

Aceptarse a sí mismo


Buenos días, amigo/a.

Acéptate a ti mismo incluso frente a los demás. No tengas miedo, no te
dejes paralizar por tus límites o carencias. Concéntrate, más bien en
tus fortalezas. Acepta ser tú mismo ante los otros tal como eres, con
tus luces y sombras. Cada cual sabe dónde le aprieta el zapato. Lee
una graciosa anécdota: dos personas que se enfrentaron, cada una con
su fragilidad.

Lord George Byron (1788-1824), famoso poeta inglés, era rengo. Su
excesiva vanidad sufría horriblemente con ese defecto. La más pequeña
alusión a su renguera lo ponía colérico y mordaz. Cierto día la
duquesa de Devonshire, que era bizca, le preguntó: — ¿Cómo anda?
Creyendo el poeta que esta pregunta encerraba una burla a su defecto
físico, respondióle ásperamente: — ¡Como usted ve!

Recuerda que los demás te necesitan tal como el Señor ha querido que
fueras. No conviene que te pongas una máscara o representes una
comedia. Anímate a ti mismo: “voy a llevarles algo especial, pues
nunca se encontraron ni se encontrarán con alguien como yo; soy una
persona única salida de las manos de Dios”. Dios te valora, hazlo tú
también. P. Natalio.

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