lunes, 25 de abril de 2011

¡Todo depende de ti!


Buenos días, amigo/a.

En tu vida, como en la de cualquier persona, hay días decisivos en los
que ves abrirse ante ti un horizonte nuevo donde vislumbras más paz y
felicidad. Es el momento de discernir con sabiduría y hacer una buena
opción. Pide iluminación al Señor para no dejar pasar en vano su
gracia, si es él quien golpea la puerta de tu corazón. Te ofrezco unas
reflexiones movilizadoras.

Si yo cambiara mi manera de actuar ante los demás..., tendría más
amigos. Si yo aceptara a todos corno son...., sufriría menos. Si yo
comprendiera que todos cometemos errores..., sería más humilde. Si yo
procurara siempre el bienestar de los otros..., sería más feliz. Si yo
tuviera más en cuenta mis defectos..., sería más comprensivo. Si yo
confiara más en Dios y fuera menos autosuficiente..., aprendería a
vivir. Tú no puedes cambiar el mundo..., ¡pero sí puedes cambiarte a
ti mismo!

El buen marino de un barco de velas, está siempre atento y obra con
habilidad cuando percibe que se levanta una brisa, aunque muy suave.
Tú también permanece alerta y cuando surja en tu interior un impulso a
la buena acción, por pequeño que sea, despliega al punto tus velas y
obra decididamente. Como decía san Agustín: “La gracia pasa y no
vuelve”. P. Natalio.

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