sábado, 2 de abril de 2011

Creando al ser humano


Buenos días, amigo/a.

Ayudar y servir son dos expresiones verificables de un amor que se
brinda generosamente a los demás. De este olvido de ti mismo, surgirá
como por magia, tu propia felicidad y alegría, tu auténtica
realización. Mira, pues, a tu alrededor: cuántos hoy necesitan de tu
palabra, de tu sonrisa, de tu abrazo o simplemente de tu compañía para
llegar a sus metas.

Cuenta una antigua leyenda, que cuando Dios estaba creando al ser
humano, tenía a su alrededor seis ángeles: Uno de ellos preguntó:
—¿Qué estás haciendo? El segundo preguntó: —¿Por qué lo haces? El
tercero: —¿Puedo ayudarte? El cuarto ángel preguntó: —¿Cuánto vale
todo eso? El quinto dijo: —No me gusta – y el sexto se puso a admirar
y a aplaudir. El primer ángel era un científico. El segundo un
filósofo. El tercero un altruista. El cuarto un comerciante. El quinto
un demonio y el sexto un místico. Esos mismos personajes aparecen a
nuestro alrededor cuando queremos hacer algo, y hay que aprender a
reconocerlos. Pocos están dispuestos a ayudar y estimular.

Un pintoresco refrán árabe dice: “Si te detienes a recoger las piedras
que te arrojan en tu camino, jamás llegarás a la meta”. Hay que
bloquearse a los desprecios e insultos de los envidiosos. Es cierto,
sin embargo, que a veces hay críticas que te ayudarán a progresar, a
pesar de que te duelan. Es gran sabiduría aprovecharlas. P. Natalio.

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