sábado, 26 de febrero de 2011

Sé indulgente




Buenos días, amigo/a.


Para amar como Jesús nos enseñó, debemos aprender a vivir ciertas
actitudes y sentimientos que bajan el amor a la realidad cotidiana:
comprensión, paciencia e indulgencia. ¿Qué es la indulgencia?
“Facilidad en perdonar las culpas ajenas”, dice el diccionario. Es la
disponibilidad y capacidad para perdonar las debilidades de nuestros
prójimos una y otra vez.


Sé indulgente. Olvida las pequeñas penas que te hayan podido causar;
no conserves ningún resentimiento por las palabras inconsideradas o
desfavorables que se han dicho contra ti; excusa los descuidos, las
ligerezas de las cuales eres víctima; juzga siempre de buena intención
a aquellos que te hayan hecho algún agravio, en fin, muestra un
semblante amable en todas las ocasiones. De esta manera estarás en paz
con tu prójimo y practicarás de modo excelente la caridad cristiana,
que es imposible practicar sin una indulgencia en todos los instantes.


Vivir la caridad cristiana no es fácil. En verdad está por encima de
nuestra capacidad humana. Por eso es indispensable suplicar con
humildad al Señor el don de la paciencia e indulgencia para poder
elevarnos sobre nuestros egoísmos, retraimientos, susceptibilidades…
Pero cuando el amor de Dios nos invade podemos “perdonar, soportar y
esperar sin límites”. P. Natalio.

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