Santa Catalina tentada
Buenos días, amigo/a.
Sufrir tentaciones es una situación normal del hombre. Surgen de
nuestra naturaleza inclinada al mal, o también del enemigo de Dios o
de ese mundo que vive al margen de la ley divina. La tentación es una
incitación a pecar. También los santos pasaron por tentaciones. Pero
lucharon y triunfaron.
Escribe el beato Raimundo de Capua, director espiritual de santa
Catalina de Siena, que cierto día ella tuvo grandes tentaciones contra
la castidad y, después de haber luchado e implorado la ayuda de Jesús
y de María, se le apareció Jesús. Ella le dijo: —Señor, ¿dónde
estabas, cuando mi corazón era atribulado por tantas tentaciones? Y el
Señor le dijo: —Estaba en tu corazón. —Señor, pero ¿cómo puedo creer
que estabas en mi corazón, cuando estaba lleno de malos e inmundos
pensamientos? Y el Señor le dijo: —Aquellos pensamientos ¿te causaban
gozo o dolor, placer o disgusto? —Gran dolor, Señor. —Y ¿quién era el
que te hacía sentir disgusto, sino yo que estaba escondido en tu
corazón?
Como santa Catalina, debes luchar e implorar la ayuda de Jesús y de
María. Las tentaciones te ofrecen una ocasión favorable para vivir la
fe en el Señor, acrecentar la humildad y expresarle tu gratitud. Son
oportunidad de crecimiento. Aprovéchalas, pero no las busques. “Quien
busca el peligro, en él perecerá”. Sé valiente y ten ánimo, con el
Señor triunfarás. P. Natalio.
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