sábado, 19 de febrero de 2011

Saber agradecer


Buenos días, amigo/a.

Ser agradecidos es propio de corazones nobles. No es lo común. Cuando
Jesús curó a diez leprosos, sólo uno regresó a dar las gracias. El
reconocimiento de los favores recibidos hace quedar bien consigo mismo
por haber hecho lo que es justo y correcto. Desde luego, el que
beneficia a alguien debe hacerlo por pura bondad. Pero le es grato
verse agradecido.

Hay que saber decir “gracias”. Nuestros días están colmados de regalos
que Dios nos envía. Si supiéramos verlos y llevar la cuenta de todos,
llegaríamos a la noche, deslumbrados y radiantes ante tantos dones
recibidos. Como niños en día de Reyes. Y miraríamos agradecidos a
Dios. Y fiados en que él nos lo da todo, seríamos felices al saber que
todos los días nos dará regalos nuevos y distintos. Todo es don de
Dios. Aún las cosas más pequeñas. Y don suyo es toda esta colección de
regalos que es la vida. Vida que será rosa o sombría, según utilicemos
esos dones. Michel Quoist.

San Pablo exhortaba a los cristianos de Colosas a “vivir dando gracias
a Dios”. Ejercítate y verás que te ayuda a vivir la relación con Dios
de una forma concreta y existencial, descubriendo con gozo los dones
que te regala a cada paso. Es una oración que ensancha el corazón y
descansa la mente. Acostúmbrate a practicarla. P. Natalio.

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