miércoles, 12 de enero de 2011

Colecta de drogas


Buenos días, amigo/a.

Hoy te ofrezco una anécdota insólita que abre una esperanza a los que
han caído en la tentación de las drogas. Porque no todo está perdido,
mientras puedas aferrarte a la mano que te tiende el Salvador para
sacarte del infierno de las drogas.

Un día de 1971 apareció en los diarios norteamericanos una noticia que
conmovió la opinión pública. Un cura metodista —el reverendo Blessit—
arrastró a un grupo de más de mil jóvenes al cuartel de la policía de
Chicago. Y empezaron a gritar una y otra vez: “¡Polis! ¡Jesús los ama!
¡Nosotros los amamos!” Y, cuando se apaciguó el griterío, se hizo la
colecta. Sólo que esta vez las bolsas, regresaron a las manos del
reverendo no llenas de monedas, sino de marihuana y de píldoras de
LSD, que el padre Blessit depositó en las manos de los atónitos
policías. ¿Anécdotas? ¿Modas? Tal vez, pero sin duda en el alma de
esos muchachos había surgido una aspiración más profunda, como si
estuvieran buscando una respuesta esencial a sus vidas.

Y lo esencial, amigo/a, es que Cristo vino a salvarnos de nuestros
vacíos interiores, de nuestra inseguridad existencial… Cristo nos da
sólidas razones para llevar una vida con sentido, y se nos entrega él
mismo como “camino, verdad y vida”. Los primeros apóstoles llevaban a
sus amigos a Jesús con estas convincentes palabras: “Ven y verás”.
Piénsalo. P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario