El perro y su imagen
Buenos
días, amigo/a
La imaginación creativa embellece
la vida con sorpresas que ayudan a superar la monotonía y rutina diarias. Pero,
puede también frenar tus decisiones fabricando castillos de dificultades en el
aire o tal vez presentarte ventajas ilusorias y engañosas que terminan en desilusión
y fracaso. El criterio para manejarte con sabiduría es la realidad objetiva y
nada más.
Vadeaba un perro un río llevando en su hocico un sabroso pedazo de
carne. Vio su propio reflejo en el agua del río y creyó que aquel reflejo era
en realidad otro perro que llevaba un trozo de carne mayor que el suyo. Y
deseando adueñarse del pedazo ajeno, soltó el suyo para arrebatar el trozo a su
supuesto compadre. Pero el resultado fue que se quedó sin el propio y sin el
ajeno: éste porque no existía, sólo era un reflejo, y el otro, el verdadero, porque se lo llevó
la corriente. Nunca codicies el bien ajeno, pues puedes perder lo que ya has
adquirido con tu esfuerzo.(Esopo).
Con frecuencia los temores a un
cambio, por ejemplo, encuentran en la
imaginación una aliada que agranda y dramatiza las dificultades. “Muchas veces nos imaginamos que las cosas
son imposibles, sólo para excusarnos a nosotros mismos” (La Rochefoucauld). Otras
veces el entusiasmo para hacer una compra importante sólo tiene como fundamento
el deseo impulsivo de lo que imaginas indispensable. Que sepas hacer siempre
análisis fríos y sinceros. P. Natalio.
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