El gigante y el pigmeo
Buenos
días, amigo/a
Tú eres parte de grupos humanos y
tus tareas contribuyen a lograr los objetivos que dan sentido a la empresa. Por
lo tanto es importante que aprecies y respetes a todos –incluso a los más
humildes- porque todos llevan adelante la organización. Y sientas la alegría y
la responsa-bilidad de aportar lo que te corresponde para tu propia
satisfacción y la de tus compañeros.
Cuentan de un gigante que se
disponía a atravesar un río profundo y se encontró en la orilla con un pigmeo
que no sabía nadar y no podía atravesar el río por su profundidad. El gigante
lo cargó sobre sus hombros y se metió en el agua. Hacia la mitad de la travesía,
el pigmeo, que sobresalía por encima de la cabeza del gigante, alcanzó a ver
escondidos entre la vegetación de la otra orilla, a unos indios que los
esperaban con sus arcos preparados. El pigmeo avisó al gigante. Este se detuvo
y comenzó a alejarse hacia atrás. En aquel momento, una flecha se hundió en el
agua cerca del gigante, y así luego otras más, mientras gigante y pigmeo
ganaban la orilla, sanos y salvos. El gigante dio las gracias al pigmeo, pero
éste le replicó: "Si no me hubiese apoyado en ti, no habría podido ver más
lejos que tú”.
Una vez Pío X recibió en audiencia a unos sacerdotes, profesores
eminentes en Roma. Pero entre ellos estaba también el Hermano cocinero. El Papa
preguntó a éste en qué se había doctorado y, muy confuso, dijo. En nada, no soy
más que cocinero. Entonces Pío X dijo: “¿Qué harían estos sabios profesores y
que sería de su ciencia, si usted no pensara en sus estómagos? Casi nunca lo
más necesario es lo más brillante”. ¡Qué sabiduría y qué humanidad! P. Natalio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario