martes, 13 de enero de 2015


Vivir el amor cristiano


Buenos días, amigo/a

Una vez el escritor y conferencista Leo Buscaglia fue invitado a ser juez de un certamen. Se trataba de descubrir y premiar al niño más amoroso. El ganador fue un niño de 4 años. Al lado de su casa un anciano había perdido a su esposa. El niño que había visto al anciano llorar en el patio, se le acercó y se sentó junto a él. Cuando su mamá le preguntó qué le había dicho él al anciano vecino, el niño respondió: “Nada, sólo lo ayudé a llorar”. La Reina de la Paz hoy nos dice:

 “¡Queridos hijos! Hoy los invito a todos a vivir en sus vidas el amor a Dios y al prójimo. Sin amor, queridos hijos, ustedes no pueden hacer nada. Es por eso que yo los invito, queridos hijos, a vivir el amor mutuo. Sólo así podrán ustedes amarme y aceptarme a mí y a todos aquellos que vienen a su parroquia: todos sentirán mi amor a través de ustedes. Por tanto, les ruego, queridos hijos, que comiencen desde hoy a amar con un amor ardiente, con el amor con el que yo los amo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

El famoso pastor Martin Luther King dijo una vez: “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos”. El amor a Dios y el amor al prójimo son como las dos hojas de una misma puerta: sólo pueden abrirse y cerrarse juntas. P. Natalio.

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