Don Bosco te anima
Buenos
días, amigo/a
Entre los múltiples
talentos que tuvo san Juan Bosco está el de escritor. Por varios años cada mes
producía un opúsculo popular para una colección llamada “Lecturas católicas”.
Se empeñó en redactar con estilo sencillo y claro para que cualquiera pudiera
entender fácilmente. Con ese fin leía los borradores a su madre Margarita, y
corregía toda palabra que no comprendiera. He aquí algunos pensamientos simples
pero luminosos de este admirable santo.
La vida es
demasiado corta. Hay que hacer de prisa lo poco que se pueda, antes que nos
sorprenda la muerte. Los ociosos, al final de la vida, experimentarán grandes
remordimientos por el tiempo perdido. Las espinas de la vida serán las flores
de la eternidad. A la hora de la muerte se ven las cosas desde otro punto de
vista. ¿Quieres llevar contigo el dinero a la eternidad? Da limosna a los
pobres. Hagamos el bien que podamos y no aguardemos la recompensa del mundo,
sino solamente de Dios. Un trocito de paraíso lo arregla todo.
Como los santos, Don Bosco vivió en la tierra sumergido
en múltiples tareas y aspiraciones, en especial buscaba la promoción de los
jóvenes humildes a una vida más digna; pero se notaba siempre que su corazón
estaba en la eternidad, en los bienes celestiales que pagarían con creces su
trabajo incansable y dedicación total a sus queridos jóvenes. P. Natalio.
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