lunes, 10 de noviembre de 2014


Vitrales desde afuera…


Buenos días, amigo/a.

Por el bautismo formas parte de la Iglesia, la comunidad de quienes creen y aman a Cristo. Esta asociación es santa porque su cabeza es Jesús, justo y santo; porque está animada por el Espíritu Santo; y porque tiene el mandato de llevar la salvación y la santificación a todo el mundo. Pero es también una Iglesia pecadora, porque fallamos muchas veces…

Edgar, al pasar delante de una iglesia muy grande dijo a su mamá: —Mirá mamá, esas grandes ventanas están bien sucias; no son nada lindas. La mamá no dijo nada, tomó al hijito de la mano y entró en la gran catedral. Mirados desde adentro los grandes vitrales que desde afuera parecían grises y sucios, brillaron ahora con vivos y hermosos colores. Entonces Edgar quedó admirado.

Los vitrales son un buen símbolo de la Iglesia, santa y pecadora al mismo tiempo. Y porque es pecadora, la Palabra de Dios la urge a convertirse cada día. Conversión es poner a Dios en el primer lugar y darle a cada cosa la importancia relativa que tiene, es un impulso del Espíritu a dejar un itinerario equivocado para seguir el camino mejor y más feliz: el de Jesús. P. Natalio.

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