Tu
fe puede crecer
Buenos días,
amigo/a.
La adoración eucarística es un encuentro del
alma y de todo nuestro ser con Jesús. Es la criatura que se encuentra con el
Creador. Es el discípulo ante el divino Maestro. Es el enfermo con el Médico de
las almas. Es el pobre que recurre al Rico. Es el sediento que bebe de la Fuente. Es el débil que
se presenta ante el Todopoderoso.
Si tuviéramos los ojos de los ángeles para ver a Jesús
presente sobre el altar, y que nos mira, ¡cómo lo amaríamos! Querríamos
permanecer siempre a sus pies; éste sería un gozo anticipado del Cielo; todo lo
demás se nos haría insípido. Pero nos falta la fe: somos pobres ciegos. Tenemos
como una niebla sobre los ojos, que sólo la fe podría disipar. Cuando Jesús ve
ir hacia él con fervor a las almas puras, les sonríe. Él no quiere más que
nuestra felicidad, tiene las manos llenas de gracias, buscando a quién
distribuirlas ¡Nadie las quiere! Somos demasiado desgraciados para comprender esto.
Un día lo comprenderemos, pero será demasiado tarde. Santo Cura de Ars.
Hoy todos los católicos celebramos la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Es una
ocasión propicia para que renueves tu fe en la presencia real de Jesús en este
sacramento. En él se te entrega como pan celestial que alimenta, fortalece y
consuela. Viene a ti para reafirmar tu voluntad de humilde servicio y
comunicarte su paz y alegría. P. Natalio.
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