El
pavo y el gallo
Buenos días,
amigo/a.
Augurios para el día de la boda: “Que tengan el coraje de amarse
siempre. Que tengan el valor de perdonarse siempre. Que tengan la paciencia de
comenzar cada día. Que tengan la dicha de ser amigos. Que tengan la valentía de
ser sinceros. Que tengan el corazón y la puerta abiertos para todos.
Un pavo estaba pegando
una tremenda paliza a su pobre compañera; y un gallo le preguntó el por qué de
tanto furor. Resolló un tanto el pavo, y secándose el sudor: —¿No
ve –dijo–, que fue esa pava a contar por todas partes un secreto que yo le
había confiado? —¿Y por esto le
pegas? –dijo el gallo–. Pues, amigo, otra vez no la maltrates, que será más
decente; ni le confíes tus secretos, que será más prudente. Daireaux.
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