Los niños aprenden lo que
viven
Buenos días, amigo/a.
“Las palabras mueven, los
ejemplos arrastran”, dice el proverbio. En efecto, nada es mejor que el
testimonio de vida para moldear el carácter de los niños en el hogar. Por eso
es determinante que los padres evalúen su propia conducta para que todo incida
positivamente en sus hijos. Por ejemplo: dominio de si mismos, sinceridad
permanente, prioridad del deber, etc.
Si un niño vive con
tolerancia, aprenderá a ser paciente. Si un niño vive con aliento, aprenderá a
tener confianza. Si un niño vive entre críticas, aprenderá a condenar. Si un
niño vive entre hostilidad y discordia aprenderá a pelear. Si un niño vive con
miedo, aprenderá a ser aprensivo. Si un niño vive con reconocimiento y
estímulo, aprenderá a apreciar y a tener un objetivo. Si un niño vive con
seguridad, aprenderá a tener fe. Si un niño vive con aprobación, aprenderá a
quererse a sí mismo y a encontrar amor en el mundo. Si un niño vive con amor y
amistad, aprenderá a amar a los demás.
El ejemplo debe subrayar lo que inculcas con
las palabras. No puedes escribir con una mano y borrar con la otra. Sólo es
posible influir positivamente con la coherencia total. Por ejemplo, ¿puede un
padre o una madre orientar por el camino de la sinceridad a sus hijos, cuando
manda responder a quien pregunta por teléfono: “decile que no estoy”? P.
Natalio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario