jueves, 20 de marzo de 2014

El guardián perfecto


Buenos días, amigo/a.

La conciencia moral es un juicio de la razón por el que la persona humana reconoce la cualidad moral de un acto concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho. En todo lo que dice y hace, el hombre está obligado a seguir fielmente lo que sabe que es justo y recto. Mediante el dictamen de su conciencia el hombre percibe y reconoce las prescripciones de la ley divina.

Un hombre se introdujo en la huerta de un vecino para robarle maíz. Llevó consigo a su hijito para que hiciera el papel de guardián y le avisara si se aproximaba alguien. Antes de comenzar, verificó que no hubiera nadie en los alrededores. Miró a un lado y luego al otro. Al no ver a nadie, se disponía a llenar la bolsa que llevaba consigo, cuando de repente el niño exclamó:
¡Papá, te olvidaste de mirar desde donde te ven! Suponiendo que se acercaba alguien, guardó rápidamente la bolsa y le preguntó a su hijo en voz baja: ¿Dónde?  Éste le respondió: ¡Te olvidaste de mirar hacia arriba! Al padre le remordió la conciencia, tomó a su hijo de la mano y emprendió el regreso a casa, sin el maíz que había  pensado robar.

Agradece a Dios esta inapreciable luz interior y guíate siempre por ella. En el Génesis (17,1) se cuenta que Dios se apareció a Abrahán y le dio este consejo de perdurable valor: “Camina en mi presencia y sé perfecto”. De eso se trata precisamente: de vivir en la presencia de aquel que sondea tu corazón, te conoce y te ama. Así crecerás en justicia y rectitud. P. Natalio.

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