El
guardián perfecto
Buenos días,
amigo/a.
La conciencia moral es un juicio de la razón por el que la persona
humana reconoce la cualidad moral de un acto concreto que piensa hacer, está
haciendo o ha hecho. En todo lo que dice y hace, el hombre está obligado a
seguir fielmente lo que sabe que es justo y recto. Mediante el dictamen de su
conciencia el hombre percibe y reconoce las prescripciones de la ley divina.
Un hombre se introdujo
en la huerta de un vecino para robarle maíz. Llevó consigo a su hijito para que
hiciera el papel de guardián y le avisara si se aproximaba alguien. Antes de
comenzar, verificó que no hubiera nadie en los alrededores. Miró a un lado y
luego al otro. Al no ver a nadie, se disponía a llenar la bolsa que llevaba
consigo, cuando de repente el niño exclamó:
—¡Papá, te olvidaste de mirar desde
donde te ven! Suponiendo que se acercaba alguien, guardó rápidamente la bolsa y
le preguntó a su hijo en voz baja: —¿Dónde? Éste le respondió: —¡Te olvidaste de mirar hacia arriba! Al padre le remordió la
conciencia, tomó a su hijo de la mano y emprendió el regreso a casa, sin el
maíz que había pensado robar.
Agradece a Dios
esta inapreciable luz interior y guíate siempre por ella. En el Génesis (17,1)
se cuenta que Dios se apareció a Abrahán y le dio este consejo de perdurable
valor: “Camina en mi presencia y sé perfecto”. De eso se trata precisamente: de
vivir en la presencia de aquel que sondea tu corazón, te conoce y te ama. Así
crecerás en justicia y rectitud. P. Natalio.
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