Comprender y aceptar
Buenos días,
amigo/a.
Respetar las opiniones del otro es una de las mayores virtudes que un
ser humano puede tener. Las personas son diferentes, por lo tanto piensan y
actúan en forma distinta. No juzgues, tan sólo comprende. Alguien escribió con
acierto: "Comprender es una palabra viva y la carne
de esa palabra es amor”. Reflexiona,
pues, con amor y comprenderás mejor a los demás.
Un niño que sufría por
las riñas y conflictos diarios de sus padres, preguntó un día a su papá cómo
comenzaban las guerras. El papá, pacientemente, se sentó y empezó a explicarle:
—Imaginemos que México se enoja
con Guatemala... La mamá, que oía la charla, le interrumpió bruscamente: —Pero México y Guatemala no están enojados.
El papá: —Lo sé, pero es un caso
hipotético. La mamá: —Pero así
confundes al niño. El papá: —¡No, mujer,
no! La mamá —:¡Sí hombre, sí, no me
contradigas! El niño: —Papá. ¡Ya
entendí cómo comienza una guerra!
Las buenas relaciones
humanas en el hogar y fuera del hogar necesitan un clima de aceptación mutua,
de comprensión y compasión, y en especial de paciencia. Es una faceta del amor.
San Pablo en el magnífico himno al amor en 1ª Corintios 13, dice que “el amor
es paciente”. La paciencia es difícil. Pide ayuda al Señor y ejercítate todos
los días. P. Natalio.
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