Rara flor en el precipicio
Buenos días, amigo/a
Confiar en Dios es depositar toda nuestra fe en él. Dejarle el cuidado
de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te
ama más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su
madre” (salmo 131). Y confiar sobre todo en las pruebas, cuando las
cosas resultan incomprensibles.
Unos científicos exploraban un rincón desconocido de los Alpes, en
busca de nuevas especies de flores. Un día notaron con sus binoculares
una flor muy rara y bella, de gran valor para la ciencia. Pero la flor
se hallaba en un profundo precipicio. Sólo sostenido de una cuerda se
podía bajar por el despeñadero. Un muchacho curioso observaba la
escena. Los científicos le propusieron pagarle bien si se dejaba bajar
por el despeñadero, para cortar la flor que había en el fondo. El
muchacho miró el peligroso precipicio, y luego dijo: “Regreso en un
minuto”. Al poco rato volvió seguido de un hombre de pelo canoso, se
acercó al botánico y le dijo: "Bajaré por el despeñadero, y les traeré
la flor, si este hombre sostiene la cuerda. Es mi papá". Si alguna
otra persona sostiene la cuerda, no me atreveré.
“No temas, yo estoy contigo”, es un maravilloso tema bíblico que
puedes profundizar en el libro de Josué, capítulo 1, 1-10. Allí Dios
una y otra vez repite al héroe, antes de su gesta guerrera en la
tierra que mana leche y miel: “Sé valiente, no temas, porque yo estaré
siempre contigo, adonde quiera que vayas”. Que estas palabras
fortalezcan tu confianza. P. Natalio.
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