domingo, 20 de octubre de 2013

El lobo harto y la oveja

Buenos días, amigo/a

La sinceridad es una virtud exigente, ya que puedes faltar a la verdad
de distintas y sutiles maneras. Por ejemplo, con la simulación, que es
mentir con los hechos, o con la hipocresía pasando por lo que no se
es, o con jactancias atribuyéndose uno excelencias que no posee, o con
adulaciones cuando se engaña para sacar algún provecho de los otros.

Un lobo harto de comer y ya sin hambre, vio a una oveja tendida en el
suelo. Dándose cuenta que se había desplomado simplemente de terror,
se le acercó, y tranquilizándola le prometió dejarla ir si le decía
tres verdades. Le dijo entonces la oveja que la primera es que
preferiría no haberlo encontrado; la segunda, que como ya lo encontró,
hubiera querido encontrarlo ciego; y por tercera verdad le dijo:
—¡Ojalá, todos los lobos malvados, murieran de mala muerte, ya que,
sin haber recibido mal alguno de nosotras, nos dan una guerra cruel!
Reconoció el lobo la realidad de aquellas verdades y dejó marchar a la
oveja. Esopo.

La grandeza de la oveja de la fábula, está en su valentía para no
adular al lobo con mentiras, en una situación de vida o muerte. Así
como también resalta la honestidad del lobo que sostuvo su promesa, a
pesar de que la aterrorizada oveja le cantó verdades en la cara. Que
construyas cada día tu vida sobre una conducta sincera, leal, honesta.
P. Natalio.

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