domingo, 22 de septiembre de 2013

“La imitaré y venceré”

Buenos días, amigo/a.

Hoy te presento una anécdota que vale más que largas reflexiones.
Léela con atención, saboréala lentamente, vuelve a leerla… y quede
grabada en tu imaginación y sensibilidad de tal manera, que sea para
ti un llamado a perseverar con firmeza y valor, cuando el desaliento
amenace tirar por el suelo tus más queridos proyectos.

Un día Tamerlán, el conquistador tártaro, sufrió una seria derrota que
lo deprimió a tal punto que se encerró en su tienda. Pasaba las horas
rumiando su desgracia y pensaba ya desistir de su anhelada empresa,
cuando prestó atención a una hormiga que subía por la lona de su
carpa. Con un palito tiró al suelo la hormiga. Pero el insecto de
inmediato volvió a subir. El rey tártaro insistió en arrojarla otra
vez al suelo. Sin desanimarse la hormiga empezó de nuevo su ascensión.
El rey se obstinó en proyectarla al piso una y otra vez, hasta 80
veces. El rey se maravilló por la perseverancia demostrada por aquel
pequeño insecto y, recapacitando, se dijo: "La imitaré y venceré". Y
el rey tártaro se levantó, reorganizó su ejército, y siguió con
renovado empuje la invasión proyectada. Fue un conquistador
invencible.

Con esta breve historia puedes alentar a otra persona sumergida en las
tinieblas del desaliento. Ayuda a persuadirse que paso tras paso,
intento tras intento se puede subir una montaña alta y difícil. Es muy
cierto que “la constancia es el complemento indispensable de todas las
demás virtudes humanas”. Sin ella no hay éxito posible. Que apruebes
esta asignatura. P. Natalio.

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