29 de septiembre 2013
¿Somos ciegos?
Buenos días, amigo/a.
Jesús liberó a muchos ciegos de su dura condición de no videntes. Sin
duda ofrecía de ese modo un llamativo símbolo de otras deficiencias
espirituales que desea ardientemente sanar. Son sutiles cegueras que
van deteriorando la luz de nuestra percepción profunda de la realidad.
Somos “ciegos” cuando vemos muy bien los errores y defectos de los
demás, pero nos negamos a reconocer los nuestros. O cuando nos
encerramos tercamente en nuestra manera de pensar y ni siquiera
queremos escuchar las ideas y razones de los otros. Somos “ciegos”
cuando no valoramos los bienes sencillos pero insustituibles de la
vida: la familia, los hijos, el trabajo, la amistad. Somos “ciegos”
cuando nos dejamos arrastrar por el afán de tener más, y no paramos
nunca, cuando lo único que aparece en el horizonte de nuestra vida son
los bienes materiales. Somos “ciegos” cuando nos encerramos en
resentimientos en lugar de liberarnos a través del perdón.
Cada uno ha de examinar de qué tinieblas y sombras debe salir y
levantarse. Jesús quiere liberarte con la luz que viene de lo alto y
guiar tus pasos por senderos de verdadera paz. Dios nos ofrece el
libro de su Palabra, y Jesús, Palabra viva del Padre, nos ilumina con
sus mensajes y ejemplos. Destina un tiempo cada día para acercarte a
esta luz celestial. P. Natalio.
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